miércoles, 9 de noviembre de 2011

La escala de valores del futuro gobierno de España


Cuando era pequeña, mis padres votaban a un partido que se llamaba Alianza Popular. Lo recuerdo, porque corría por casa un muñequito de goma regordete y con cara de pocos amigos, que representaba al señor Manuel Fraga con el que a veces jugaba, pues para mí, que era aún una niña, era un juguete simpático. 
Nada sabía yo de política, de leyes, y por supuesto de modos de vida, pero sí tenía claro, que mis padres, y por deferencia yo misma, teníamos una escala de valores muy firme.

Cuando cumplí los dieciocho, sin saber lo que hacía y sin preguntarme si había algo más, también voté a ese partido, pues, por aquel entonces, no tenía criterio político y en una familia anclada en los años cincuenta y católica hasta la médula, parecía defender lo que mis padres creían por aquel entonces, el modo de vida tradicional. La familia con hijos, casada para siempre. Trabajadores de empresas sólidas, que cuidaban de ellos, llegando a cumplir veinticinco años en la misma empresa, cosa que se celebraba y se recordaba con una placa en honor al trabajador, (creo que aún corre por casa esa placa de mi padre).

Ni siquiera recuerdo como se produjo el cambio de Alianza Popular al Partido Popular, pero sé que mis padres dejaron de votarles, para votar a la derecha catalana, a medida que sus valores también evolucionaban.

Desde qué comencé a preguntarme el porqué de las cosas y ha crear mi propia escala de valores, al comprobar por mí misma que el mundo no era como las historias que mi madre me contaba de color de rosa, que me di cuenta que en verdad, ningún partido político tenía unos valores firmes y que estos, volubles de por sí, variaban según los escaños que quisieran conseguir.
Aún así, este año quise leer, de cabo a rabo, el programa electoral de ese partido, (pues siempre he pensado que no puedes hablar de lo que desconoces), y desde aquí mis felicitaciones para el creador de tan "maravilloso" cuento, donde se explica, punto por punto, todas las maravillas que van a hacer cuando estén en el poder.
¿Por qué no me creo ese cuento? Por la misma razón que no me creo ninguno de los programas electorales de los otros partidos políticos. Porque aunque uno solo de los componentes del partido crea que eso es posible, no significa que cuando tenga el poder, lo pueda llevar a cabo. Así es la política.
¿Qué ocurrirá cuando nuestro futuro gobierno, y le llamo así porque todas las encuestas lo dan como ganador, realice su "magnífica" reforma laboral, permitiendo lo que ellos llaman empleo estable y oportunidades para todos? ¿Qué ocurrirá cuando saneen el sistema financiero facilitando la gestión de las entidades financieras que así lo precisen? ¿Qué pasará con su reforma del empleo público, de la educación básica, de la universitaria?
Nada.
Porque nada va a cambiar. Porque es el mismo hueso con otro perro. Porque el ciudadano de a pie no les interesa nada más que por sus votos.

Creeré en la política cuando todos los partidos consensuen un cambio general en la misma. Por ejemplo, reduciendo el número de congresistas. De ayudantes. De ayudantes de los ayudantes. Cuando dejen de malgastar el dinero público en cochazos, viajes, y cenas de "empresa". Cuando se bajen el sueldo, y cuando dejen de permitir que los directivos de compañías como telefónica se suban el sueldo mientras siguen con los despidos masivos. Cuando los cargos "menos importantes" se decidan a dedo.

Puede que me niegue a aceptar la realidad. Puede que como tantas otras mujeres de mi familia, haya nacido demasiado pronto y que no esté hecha para esta sociedad que tan pocas cosas se pregunta. O incluso puede que sea demasiado ilusa y que las historias con final feliz, realmente no existan, pero sé que nada vamos a solucionar votando a los mismos de siempre.
Puede que la diferencia de clases deba existir para un buen funcionamiento del mundo, pero odiando como odio las injusticias, y sabiendo que solo las buenas acciones han de ser premiadas, me niego a creer que la sociedad premie a gente, (y ahora no hablo de partidos, si no de políticos en general), que tiene sueldos millonarios, y que cuando está en el poder, en vez de proteger a los trabajadores, (que en definitiva son el motor de un país), cuide más a los empresarios, que les explotan con horarios interminables y sueldos ridículos.
Puede que lo que me ocurre, no sea que no crea en la política en sí, sino que no creo en la gente que la representa, como, por poner un ejemplo, la Sra. Pol, que con sus denigrantes acciones, demuestra que clase de escala de valores tiene, cuando critica a la ministra de defensa, mostrando como usan su sexo las mujeres del PSOE para conseguir las cosas profesionalmente, (que conste que tampoco soy de este partido). Con lo que nos ha costado hacernos un hueco a las mujeres en este mundo de hombres, y usted me sale con eso, excusándose en que "Era una broma". Menos Face y más book señora mía. Un poquito menos de broma, que su trabajo es muy serio, y un poquito más de dignidad.

Slow Life... al menos hasta que nos dejen.

P.D: Tal como alude la imagen que encabeza esta entrada, (por muy poco que me guste su autor), pensemos un poquito antes de hablar.

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