viernes, 10 de junio de 2011

Indemnizaciones para los socios de la CEOE


Jamás me han gustado los hombres con traje y corbata. Supongo que es algo que me quedó de mi infancia, pues absolutamente todas las amistades masculinas que mis padres traían a casa en las numerosas fiestas que ofrecían, llevaban siempre traje y corbata, y os aseguro que a pesar de esconderse detrás de ese uniforme de caballero, la educación era algo que a muchos les faltaba, al menos a los ojos de una niña que siempre era obligada a quedarse en su habitación, mientras los mayores disfrutaban de aquellas cenas.

Por ello, cuando mi madre insistía en que me fijara en tal o cual chico, (cuando empecé a tener interés por los chicos), y me instaba a que me juntara con el hijo de tal, que iba a ser abogado, el hijo de cual, que estaba estudiando empresariales, el sobrino de tal, que ya estaba en segundo de medicina, etc...etc... Yo, rebelde y revolucionaria, (ya sabéis lo de la generación X), siempre ponía mis ojos en el camarero de la esquina, en el guitarrista de aquel grupo que tocaba en la calle, en el amigo del novio de una amiga que llevaba el pelo largo, y que, transgresoramente, se había puesto un pendiente, (cosa que en los años ochenta), no era para nada normal, y de un largo etc... que en mi casa llamaban "poca cosa", "quisquilla" o "melenudos", cosa que incluso hizo que aún me fijara más en ellos, debido supongo a mi latente adolescencia, que dedicó gran parte de su tiempo a ir en contra de lo que mis padres me asesoraban.

Por eso, ahora cuando veo a un político o a un empresario, me sale un sarpullido que me exige mirar hacia otro lado. Yo no sé si esto, psicológicamente, debe tener algún nombre, (si no lo tiene, seguro que pronto lo tendrá), pero debe ser algún tipo de síndrome como, "Contra el hombre trajeado", o algo así, que podríamos resumir con las siglas CHT.

Y ya que hablamos de siglas... Hablemos de las siglas que dominan nuestro día a día.

Ya sabéis que al ser de letras, me pierdo algo cuando hablo de números, pero he realizado estas operaciones una y otra vez, y sigo sin entender, porqué unas minorías como las que aquí voy a presentar, están dominando nuestro mundo laboral. Me explico:

CEOE – Confederación Española de Organizaciones Empresariales
CCOO – Confederación Sindical de Comisiones Obreras
UGT – Sindicato Unión General de Trabajadores

Partiendo de la base de sus datos públicos, en los cuales estas asociaciones, están compuestas por:

CEOE – 1.000.000 de autónomos afiliados + 350.000 Empresas = 1.350.000 Afiliados, (más o menos)
CCOO – 1.219.345 Afiliados
UGT - 1.052.250 Afiliados

Si no me equivoco, esto hacen 3.621.595 Afiliados que son representados por estas asociaciones.

Si en España somos 46.152.925, de los cuales, más o menos deben haber 34.153.164 adultos de entre 18 y 74 años. Si a este número, le quitamos los afiliados de la CEOE, UGT y CCOO, quedan 30.531.569 españoles que no están afiliados a ninguna de estas asociaciones.

¿?¿?

3.621.595 versus 30.531.569. Simplemente ¡¡¡NO LO ENTIENDO!!!

Debo ser muy lerda, pero sigo sin entender como tres millones de personas representadas por sus distintas asociaciones, tienen el derecho de decidir los derechos de absolutamente todos los trabajadores.
Te guste o no. Estés afiliado o no. Trabajes o no. Es absolutamente increíble que una minoría así, pueda decidir los derechos de esa gran mayoría de trabajadores, que ni siquiera se preocupan por sus derechos.

Creo que es motivo suficiente como para ponernos a pensar.

Dicen que a cuantos más empresarios, más trabajadores en activo. En eso estoy de acuerdo y potenciar a los empresarios, siempre significará riqueza para el país, pero... ¿A que precio? ¿Trabajar para vivir? o ¿Vivir para trabajar?

Siempre he creído que un ser humano que decide liarse la manta a la cabeza y montar una empresa tiene mucho valor, porque pasa de tener un sueldo seguro, a tener que currárselo cada día. Yo, hace años lo hice, y tuve que cerrar por la cantidad ignominiosa de impuestos y autónomos que me pedían. Mi andadura por el mundo empresarial duró un año, pero, os aseguro que ojalá hubiera tenido la suerte de que hubieran acampado los del 15M cerca de mi tienda, por que si algo me ha dado la vida, es una gran imaginación y dotes para llamar la atención de los compradores. Ya os digo yo, que si sabes currártelo, de todo, de absolutamente todo, puedes hacer negocio, y os aseguro que yo no sólo no hubiera tenido "perdidas", si no que además hubiera tenido ganancias.

¡¡Indemnizaciones piden los de la CEOE!! ¡¡Por favor, señores!! ¡¡Qué se les está viendo el latón!! ¡¡Qué pululan sobre sus cabezas una ondanada de gaviotas, que no hay quien las esconda!!

Slow Life y un maravilloso y lamentablemente lluvioso, fin de semana.

P.D: Perdón. Ya sabéis que no me gusta mentir. Dejad que aclare que tan sólo hay cuatro hombres que me gusten cuando llevan traje. Brad Pitt, George Clooney, Richard Gere y Sean Connery. Pero es que hombres como ellos, hay muy pocos ;-)

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