lunes, 6 de junio de 2011

Odisea o intentando dejar de pensar


¿Cómo debe ser NO PENSAR?
Creo que si realmente fuéramos conscientes de cómo pasa de rápido el tiempo, la mayoría de nosotros, nos volveríamos completamente locos.

Estamos ya en el mes de Junio, y me hago cruces al pensar que hace cinco meses que empecé este proyecto. Pienso si no se ha perdido la esencia de este blog al estar contando miles de cosas en sus entradas que no tienen nada que ver con la publicación del libro, pero al final, llego a la conclusión que en verdad, todo lo que cuento, son cosas que ahora mismo están ocurriendo, cosas en las que creo que es indispensable pensar, y ello hace que se conviertan en parte de esta Odisea.

¿Os habéis preguntado alguna vez quiénes sois y qué queréis de la vida?

El otro día descubrí que no es una pregunta que todo el mundo se haga. Yo pensaba que sí, pues desde pequeña, desde que tengo uso de razón que yo me hago esta pregunta una y otra vez, y supongo que como dicen en psicología, creemos que todo el mundo se parece a nosotros o a lo que nos rodea, cuando en verdad cada individuo es totalmente diferente al otro.

No creáis que es fácil vivir en un mundo como el que nos ha tocado, cuando este tipo de preguntas se albergan en tu mente. No lo es. Os lo puedo asegurar.

A veces quisiera ser mas simple, dejarme llevar sin querer controlar mi vida, aceptar las cosas que me suceden sin preguntarme si eso es lo que quiero. Quisiera adaptarme a lo que me ha tocado vivir sin querer cambiarlo. Quisiera ser, filosofando un poco, como las hojas de los árboles que aceptan ser arrancadas de las ramas, y mientras son mecidas por los vientos, se dirigen a lugares que ni siquiera sospechan, para ser depositadas en contra de su voluntad en algún lugar lejano y remoto para acabar secándose al sol, sin preocuparse si eso es lo que desean. Claro que de preguntárselo tampoco podrían cambiarlo, puesto que no tienen posibilidad de decidir.

¡Por Dios! ¡Qué chorrada acabo de escribir! ¿A quien le importa si una hoja es arrancada del árbol para ser transportada a un lugar que no desea?

¡No me hagáis mucho caso! Debe ser el día nublado que me acompaña hoy, que hace que piense en estas cosas tan raras.

¿Cómo debe ser NO PENSAR? Sé que hay mucha gente que lo hace. ¿Por qué yo no puedo dejar de hacerlo? ¿Por qué pienso tanto?

Los que me conocen dicen que eso es una de mis mayores virtudes, pero a veces, he llegado a creer que es uno de mis peores defectos. Si al menos pudiera decidir cuando pensar y cuando dejar de hacerlo, entonces si sería un don. Pero es algo que no puedo controlar. Supongo que por ello, siempre llevo una libreta conmigo, para apuntar mis pensamientos. Por ello supongo que escribo, porque necesito recordar lo que pienso, y a veces, algunas pocas veces, necesito compartirlo con los demás.

¿Acaso eso es ser escritor? ¿Transmitir esos pensamientos que turban tu día a día?

¿Sabéis lo que pienso? ¡Qué si eso es ser escritor, yo ya lo soy!

Y aunque quede mal decirlo, y lo digo sólo por todos los mensajes que recibo de vosotros, (que sois los únicos que podéis juzgar verdaderamente mi trabajo):

¡¡Soy una buena escritora!!

Sé que me queda mucho por aprender y estoy dispuesta a ello. Pero sé, que por muchas rocas que encuentre en mi camino, por muchas altas olas que enturbien mi navegación, por muchas tormentas que la vida ponga en mi viaje, sé que al final, esta Odisea, llegará a buen puerto.

Porque en definitiva, eso es una Odisea, un viaje épico, lleno de turbulencias, con final feliz.

¡¡Slow Life!!

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