lunes, 2 de mayo de 2011

El efecto avestruz y los lobbys de poder



La primera y única vez que vi a una avestruz esconder su cabeza bajo tierra fue en unos dibujos de la fantástica casa Disney, que combinaba animaciones con actuaciones de actores reales. La película se llama: "La bruja novata" y aún hoy en día me divierte ver algún que otro trailer, aunque ahora veo en ella muchos mensajes para adultos, que a los ojos infantiles quedan escondidos.

La verdad es que ahora se sabe, que estas grandes aves, no es que escondan su cabeza debajo de la tierra cuando tienen miedo, (a pesar de la foto), si no que bajan el cuello a ras del suelo para disimular su altura y pasar desapercibidas ante posibles depredadores. Al parecer, no se trata de un animal cobarde y su método para librarse de una posible amenaza, es correr, ya que puede alcanzar los setenta y dos kilómetros hora, y solo cuando se ve acorralado, es cuando puede usar sus patas para atacar.

Ahora que sabemos un poco más sobre esta increíble ave, vamos a lo que nos interesa que es el efecto creado desde el mito que dice que en situaciones de miedo, estos animales esconden su cabeza bajo tierra y que tiene que ver, (a mi parecer), con nuestro miedo jamás mencionado o incluso desconocido a los lobbys de poder.

Para aquellos que desconozcan su significado, la palabra lobby es de origen inglés y aunque literalmente significa "salón de espera", hoy en día es usada para denominar a un grupo de personas influyentes, organizado para presionar en favor de determinados intereses.

Sabéis lo muy crítica que soy con la política en general, aunque en ningún momento he pensado que ser político o gobernar un país sea fácil. Supongo que todos los estudiantes de ciencias políticas desean de algún modo llegar a ser presidentes, pero no me imagino a nadie ocupando ese lugar sin la ayuda de los llamados lobbys.
Si algo me ha enseñado la vida, y eso que aún me queda mucho por aprender, es que el camino recto, el camino iluminado, aquel que no tiene ni una sola piedra que pueda hacerte tropezar, es aquel en el que sigues los dictámenes que la sociedad te impone y en el caso de la política, aquellos que tu lobby de apoyo te indica.
Así pues, hoy en día encontramos lobbys de poder en todo aquello que nos rodea, como son:
La patronal, el sindicato, las asociaciones civiles o religiosas, las ecologistas o incluso las armamentísticas. 

No. La verdad es que no ha de ser fácil intentar quedar bien con todos estos lobbys, cuando muchos de ellos están enfrentados en ideas y movimientos.
¡Qué pena que la esencia de la política se haya perdido bajo montañas de poder, corrupción y dinero!

A veces pienso si no habrá sido una invención de un sueño onírico cuando en mi mente aparece la absurda idea de que el gobierno está para servir al pueblo. ¿Nadie se pregunta por qué nuestros empleados no hacen lo que les pedimos? ¿Acaso no son eso los políticos? ¿Nuestros empleados a los cuales les hemos dado la oportunidad de gobernar nuestras vidas? ¿De mejorar el mundo?
¿De verdad ellos se creen los jefes del estado, cuando están donde están porque nosotros con nuestros votos les hemos puesto en ese lugar? ¿No será que todos padecemos el síndrome de la avestruz, que escondemos la cabeza para no ver lo que nos rodea? ¡Qué no somos nosotros, si no la influencia que ejercen los lobbys quien les ha puesto donde están!

Demasiadas preguntas para tan pocas respuestas. Aunque... supongo que cuando algo se pasea por tu mente, sigues preguntándote y yo me hago una última cuestión:
Si los lobbys son un grupo de personas "influyentes" que presionan a los gobiernos para que se haga lo que ellos quieren, qué ocurriría si el resto de la sociedad, aquellos que no pertenecen a ningún lobby, aquellos que no son ricos, ni poderosos, ni influyentes, aquellos que en definitiva hacen que todo el capitalismo sea efectivo, aquellos que pueden alzar al éxito a un país o hundirlo en la miseria... ¿Qué ocurriría si ese resto de la gente a la que los políticos no escucha, se uniera en un sólo y único lobby? ¿Acaso no tendrían que escucharnos entonces? No podríamos ofrecerles dinero, ni poder, ni influencia, pero si algo mucho más importante, unos votos que podrían convertir a una simple persona de la calle en gobernante de un país.

Pero claro. Aquí hay una cuestión inevitable que no podemos obviar:
¿Cómo vamos a unirnos el resto de la población si esos mismos lobbys nos mantienen enfrentados por cuestiones tan absurdas como un equipo de fútbol, un partido político, una lengua que no llegamos a entender, una cultura que ni siquiera nos importa o la repartición de los recursos naturales?
¡Qué bien les va a esos lobbys que los españoles, catalanes, vascos, andaluces o gallegos estemos enfrentados! ¡Qué bien les vas organizarnos en clubes deportivos que se odian a muerte! ¡Qué bien les va separarnos entre católicos, agnósticos, ateos o entre heterosexuales, gays, lesbianas, o tercer sexo! ¡Qué bien les va el machismo, el feminismo y todo aquello que nos mantenga enfrentados!

La verdad, es que a veces, cuando pienso en los que gobiernan nuestras vidas, (y no me refiero sólo a los que están en el gobierno), me los imagino como el señor Burns de los Simpsons. Detrás de su despacho, nariz aguileña, ojos de buitre y pensamientos oscuros. Están sentados en un confortable sillón mientras se frotan sus huesudas manos y babean mientras piensan cuanto dinero ganarán, cuando aprueben esa ley impopular.

Lo siento, pero si algo he aprendido en mi camino para entender la vida, (cosa que no sé si algún día llegaré a comprender), es que nadie está a salvo de la corrupción, de las noticias falsas y de la influencia de la sociedad, aunque sigo defendiendo a capa y espada las dos frases que siempre me han guiado en mi camino hacia el conocimiento humano:

"Vive y deja vivir" y ¿Quién eres tú para juzgar a los demás?

Y aunque algunos puedan pensar que con mis polémicas entradas estoy juzgando aquello que no me gusta, eso no es verdad. Puedo opinar, criticar e incluso preguntarme si existe alguna solución. Puedo intentar transmitir mis ideas y mis pensamientos a los que quieran oírlos, a los que deseen leerlos y a los que como yo, en algún momento de la vida, se hayan preguntado, si otro mundo es posible.

Jamás entenderé porqué no somos capaces de liberarnos de estúpidas ideas retrógradas o incluso, respetar los distintos modos de vida que deben existir en la sociedad. No llego a entender porqué algunos creen que sus creencias, sus ideas políticas, su modo de vivir, sus ideales, su fe o sus pretensiones para el futuro, son mejores que las de los demás. Son diferentes. Ni mejores, ni peores. Tan difícil es convivir con ideas enfrentadas. Tú, piensa lo que quieras, vive como te dicten tus normas, compórtate como desees, pero no quieras que yo haga lo mismo que tú. ¿Por qué obligarme a ser como tú cuando quiero ser de otra manera?

Sigo creyendo que otro mundo es posible, supongo que por ello me dedico a escribir.

Slow life.

P.D: Por cierto, de ser un ave, no sería un avestruz, prefiero los pavos reales, siempre con la cabeza alta, enseñando sus plumas y diciendo: Métete conmigo si te atreves.

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