viernes, 11 de marzo de 2011

Nueve días y Primavera

Pensando que cada persona es diferente y que cada vida es un mundo, toca recordar, por si alguien aún no lo sabe, que las últimas entradas de este blog son escritas sobre ideas muy personales que puede que estén en contra de los pensamientos de la gente que lo lee. Pero, como nadie ha comentado nada al respecto, (nada malo, me refiero), seguiré por este camino ya que sólo he encontrado elogios en mis mensajes de Facebook. Con lo cual, allá vamos.

JUVENTUD (De 20 a 30 años aproximadamente)
Dicen que esta es la mejor etapa de los seres humanos, aunque, me vais a permitir que esté en desacuerdo, ahora que la veo desde la lejanía. En mi defensa he de decir que como sé que mi educación ha sido diferente a la media nacional, también lo que he vivido, es diferente a la media y sé por amistades e historias que me cuentan, que yo, (de alguna manera), perdí mi tiempo durante esa época, (aunque he de decir que yo no lo veo así), pues seguía buscándome a mi misma, (eso es lo que tiene ser tan complicada que tardas mucho más que los demás en encontrarte).
Durante mi juventud, (que tambien he de decir, como comentaré más adelante, sigo sintiéndome joven), me encontré sumida en un mundo tan diferente a lo que había vivido, que cada momento que vivía me parecía alucinante, pues, gracias a la sobre protección, (mental), que mi madre había ejercido sobre mí, desconocía multitud de cosas que llegaron todas juntas a mi cerebro, provocando una tormenta de ideas en mi, que hicieron que me replanteara todo mi universo.

He oído por ahí, de algún que otro iluminado, que somos lo que somos gracias a la educación de nuestros padres. ¡Cómo no vamos a serlo si son ellos los que nos influencian en nuestro crecimiento! La verdad es que hay cada uno por ahí que, como decimos por estas tierras, "li falta més d'un bull" (le falta un hervor).

Llevamos las enseñanzas de nuestra educación paterna en la sangre, pero al crecer, la sociedad y el entorno que nos rodea, influencian nuestra manera de ser y de crecer. Así pues, yo, que pensaba que el mundo era de color rosa y que todos se amaban entre si, me topé con un alto muro de piedra dura donde me rompí, (no literalmente), todos los dientes, al descubrir que habían familias rotas donde los padres pegaban a sus hijos, donde la gente se peleaba sólo por el mero hecho de que habían entrado en su territorio y donde la persona que en teoría debía protegerte, te decía que si te peleabas con alguien, el no vendría a sacarte las castañas del fuego, (recuerdo que en ese momento pensé, joder... y con quien tengo que pegarme yo?).
Pero en defensa a esos años, también encontré a personas que no tenían nada pero que todo lo daban, donde su hermandad estaba por encima de absolutamente todo. Un lugar para los que nada habían tenido y donde ahora todo era de todos. Unas personas que tras casi veinte años, algunos de ellos, siguen estando en mi corazón y en mi mente, como los amigos de toda la vida y, (aunque no nos veamos mucho), siguen estando en mis pensamientos, yo creo que ya para siempre.

Durante esos años, seguí buscándome, pero esta vez en compañía. Lo había visto tan claro desde el principio, que decidí embarcarme en una relación que aún hoy día dura, pues elegí a la persona que quise me acompañara el resto de mi vida y me salió bien, pues a pesar de que éramos unos niños, supimos crecer juntos y fabricar nuestro propio mundo, al margen de todo lo que nos rodeaba.
Durante esta etapa, fabriqué mi propia vida, aunque aún no sabía que eso no era lo que yo quería, (lo descubriría al final de esta etapa), pero fui muy feliz, indagando en la mente de gente tan diferente a todo lo que yo había conocido y encontrando muchas respuestas a preguntas que nadie me había contestado, pues jamás se me hubiera ocurrido pensarlas entre los algodones donde viví.
Me enfrenté a problemas que jamás había tenido, a hechos que jamás había pensado que me sucedieran y puedo decir que salí airosa, que gané la batalla de la vida y del conocimiento y que fui creciendo en consecuencia a todo lo que estaba aprendiendo de nuevo.

Para una mente tan ávida de conocimiento como la mía, fue una gran etapa, aunque sólo recuerdo cosas significativas, pues según mi médico tengo un cerebro selectivo que solo recuerda las cosas de las que aprende algo o que le impactan, (no sé si es bueno o no, pero por ahora no me puedo quejar).

Pienso en como será la juventud que ahora es adolescente. Como se enfrentaran a su primera entrevista de trabajo, a su primer alquiler, a sus primeros problemas domésticos, a su primera salida del país, a su primera convivencia con otras personas...
Sé que va a ser muy diferente a mi experiencia, pues ahora, durante esta etapa, supongo que tienes a tu alcance muchas mas herramienta para conocerte... Más libertad, más información, más ganas de experimentar... Sólo espero que no hayamos asustado tanto a nuestra juventud con temas como el paro, el medio ambiente, la crisis, las guerras o lo duro que es trabajar y que puedan salir airosos de su propio crecimiento personal.

Y sigo diciendo, que tengo muchísima curiosidad por saber como serán ellos en el futuro, aunque espero que, al menos, los más allegados a mí, llenen sus vidas de calidad, dejen la mediocridad escondida en lo más profundo y deseen crecer y conocerse como seres humanos.

Slow Life, muchos besos y feliz fin de semana.

P.D: Hoy quiero hacer una mención especial a una de mis amigas. Mañana es su cumple y si algo tenemos los escritores, es el privilegio de transmitir nuestros sentimientos de una manera diferente a los demás. Gracias a ella sigo aprendiendo mucho de la vida y aunque a veces en la lejanía, (aunque vivimos en la misma ciudad), no cambiaría por nada mis viajes con ella, mis experiencias y nuestros secretos. Gracias por todo aquello que aportas a mi vida y que sé, seguirás aportando. 

¡Besitos y muchas felicidades, preciosa!

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