jueves, 31 de marzo de 2011

Cómo sobrevivir a una dieta para adelgazar

¡¡A mí, las dietas me ponen de mala leche!!

No sé si es sólo cosa de mujeres, cuando llegado el buen tiempo, nos agobiamos con la puesta a punto o la también llamada "Operación bikini".
Tampoco sé si es algo que nos han metido en la cabeza con la publicidad, donde se ven a mujeres perfectas, (que luego no lo son tanto), luciendo vestidos vaporosos, pantalones cortos que enfundan unas piernas de escandalo y/o cuerpos sin ni un solo gramo de grasa, que llenan revistas, carteles publicitarios, espacios de televisión...etc... etc...

Si bien no estoy de acuerdo en parecer una maniquí, si con eso tengo que sacrificar una buena cena con amigos regada por los mejores vinos o un simple tapeo en una terracita en verano, como mujer y ser humano, me preocupo por mi salud, (aunque no tanto como debiera).

La verdad es, que aunque la gente que me rodea me dice que soy muy constante, en cuanto a dietas no lo soy y aunque dicen las estrellas, (según mi signo astrológico, en lo que por supuesto, no creo), que soy el signo más atleta y movido del horóscopo, no lo soy y a pesar que me gustaría hacer algo más de ejercicio, soy más bien sedentaria.
Por ello, ahora que estamos cerca del uno de Abril, fecha límite para empezar una puesta a punto, (aunque algunos dirían que ya es tarde), he decidido, de nuevo, cuidarme, intentar comer sano y a ver si consigo hacer algo de ese maldito ejercicio, que si tanto insisten en que es bueno, por algo será.

A pesar de que este blog iba en un principio de una Odisea para publicar mi libro, creo que poco a poco y a mi pesar, (pues aún ninguna editorial se ha interesado en él), se ha ido convirtiendo en una Odisea de mi propia vida, de mis pensamientos y de lo que día a día me rodea, me guste o no.
Dicen que a los snobs no hay nada que les guste más, que hablar de si mismos. Ya sabéis que para mí ser snob, (siempre con educación, por supuesto), no me parece un insulto, y aunque jamás me ha importado hablar de mi misma, siempre y cuando alguien pregunte... pues hablar por hablar, me parece una absoluta pérdida de tiempo. Por el gran número de visitas que he tenido en menos de tres meses, parece ser que lo que escribo interesa al público en general y según los comentarios que me llegan, este es sincero, lleno de verdades que nadie se atreve a decir y polémico a veces, (y eso que aún no he tocado el tema de la religión, por respeto a mis mayores), y que no voy a tocar, pues en cuanto mi madre lea esto, seguro que me llama para pedirme que no lo haga...

Pero, si realmente he de ser sincera, muchas veces, cuando me siento ante la página en blanco de mi ordenador para escribir una entrada, no se me ocurre nada en absoluto, pues digo yo, que las musas, también necesitan un descanso y ya os adelanto, que conmigo tienen mucho trabajo.

Entonces es cuando empiezo a pensar... y es cuando comienzo a enumerar lo que me ha ocurrido durante el día, los imputs que me han llegado, la gente que he conocido, lo que me han contado, lo que he visto, lo que he escuchado y lo que he sentido y entonces es cuando mis dedos como poseídos, empiezan a teclear, y sin ni siquiera mirar la pantalla, empiezo a escribir como una loca, hasta que me doy cuenta que mis palabras llegan a hoja y media y entonces paro, pues no quisiera aburrir a mis lectores. Luego me tiro un buen rato rectificando, corrigiendo y quitando de allí, para ponerlo allá.

Bien... ¿De que estábamos hablando? ¡Ah! Sí, de dietas...

Existen numerosas dietas y creo que yo las he probado todas. No es que nunca haya sido una muchacha obesa, aunque recuerdo mis cuarenta y cinco kilos de la adolescencia como algo lejano, pero, aunque sé que me sobran varios kilos y aunque la culpa es sólo mía, he de reconocer que estos kilos de más, son gracias a un trabajo sedentario que es acompañado por una mala alimentación, (por falta de tiempo de cocinar), y por una vida aún más sedentaria que el trabajo.

Como ya he dicho, existen numerosos tipos de dietas como son la dieta hipocalórica, la disociada, la dieta de Atkins, la macrobiótica, la de los alimentos combinados... podría llenar la entrada de hoy sólo con los nombres, pues incluso hay dietas tan absurdas como la dieta del pan y la mantequilla o la dieta del astronauta...

¿?¿? Astronauta ¿?¿?

¡¡Mejor no preguntar!!

Dicen que hemos de gustarnos tal como somos. Esto es muy bonito, aunque ir de compras y no caber en unos tejanos que deseas tener, es un fastidio.

No soy mucho de comer, aunque no me gusta renunciar a lo bueno y es curioso como todo lo bueno engorda. Aún así, he decidido, una vez más, ponerme a dieta desde el próximo lunes.

¿Por qué os lo cuento? Porque es la única forma, de que los que me rodean se enteren, (pues por lo visto, que yo se lo diga no vale), y que dejen de traer pasteles, bebidas carbohidratadas, vinos buenos, comida italiana que me encanta... etc...etc... (sí mama, esto también va por ti).

Así que no os extrañéis si a partir del próximo lunes día cuatro de Abril, (lo pongo para ir concienciándome), me encontráis algo más huraña, crítica y en definitiva, más borde de lo normal, pues a mi las dietas me ponen de mala leche.

Slow Life

P.D: No voy a deciros que dieta voy a seguir a no ser que funcione, aunque todos los franceses dicen que es una maravilla. Os cuento.

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