lunes, 14 de febrero de 2011

Alex de la Iglesia, el grande

Supongo que la mayoría de vosotros pensaría que hoy iba a hablaros de amor. Si es así, es que aún no me conocéis, pues, no sé si por bien o por mal, jamás hago las cosas cuando los demás lo hacen. Debe ser una manía, pues recuerdo ser así desde que tengo uso de razón.

A veces pienso si la vida no sería mejor de claudicar y seguir los caminos ya andados por otra gente, que como yo, quieren vivir de algo que les apasiona. Pero como siempre he dicho. Me gusta complicarme la vida. ¿Qué sería de nosotros si de vez en cuando no nos la complicáramos?

¡Vamos a lo que vamos!

En verdad, sí os voy a hablar de algo que bien puede estar relacionado con el amor. La pasión de una persona por defender el arte. Hablo del gran Alex de la Iglesia.

Los periódicos de hoy, van llenos de noticias relacionadas con los Goya. Me vais a permitir que, como catalana, esté orgullosa de que la gala de ayer tuviera el acento de mi lengua, (que gracias a algunos innombrables, tan poco uso), debido a una educación escolar que no permitía el uso de ella en las aulas.

Pero bueno, a lo que íbamos... La mayoría de periódicos no mencionan la educada bofetada del gran Alex a la ministra, cuando le repetía una y otra vez que en este barco del cine y de la cultura, todos han de remar en una sola dirección, que el enemigo no es el ciudadano, ni la gente que está delante de la pantalla del ordenador. Que si se desea respeto, primero ha de respetar y que no puedes tratar como delincuentes a los que pueden o no hacer, que tu trabajo sea un éxito.

Pero... dejando posibles polémicas atrás, voy a felicitar al gran Alex, por una parte de su discurso que muchos ni siquiera habrán encontrado interesante, pero que para mí, es lo más importante de sus palabras.

Cito textualmente:
"Qué más da ganar o perder si podemos hacer cine, TRABAJAR en lo que más nos gusta. No hay nada mejor que sentirse LIBRE creando, y compartir esa alegría con los demás. Somos cineastas, contamos historias, creamos mundos para que el espectador viva en ellos. Somos más de 30.000 personas que tienen la inmensa suerte de vivir fabricando sueños. Tenemos que estar a la altura del PRIVILEGIO que la sociedad nos ofrece"

Yo no soy cineasta, pero si que cuento historias, creo un mundo con cada página que escribo en mis novelas y deseo, anhelo y espero que el lector viva en ellos y de ellos. Quiero tener la suerte de poder vivir fabricando sueños. Quiero trabajar en lo que me gusta y compartir esta alegría con los demás.

Y por supuesto, QUIERO SENTIRME LIBRE CREANDO.

Cuando vi a Alex sentado al lado de esa politicucha, lo primero que vino a mi mente, fue:
"Qué mala combinación. El arte y la cultura, junto a la corrupción y el poder"

¡Qué pena que el arte necesite de ese poder para poder sobrevivir! ¡Qué tristeza más grande que debamos seguir los cauces ya construidos para poder llegar al público! ¿No será eso lo que tanto temen los políticos? La libertad que ofrece Internet para llegar a ese público, que es el único que puede decidir si el trabajo de un creador es bueno o no. Vosotros sois/nosotros somos, los que podemos ensalzar en el éxito o hundir en la más misera miseria, el trabajo de un autor. Vosotros/Nosotros decidimos y esto se le ha olvidado al sumo poder que cree tener el derecho de decidir por los que, día a día levantamos este país.

En el día del amor... por favor, no dejéis de amar. Amad con cada paso que deis, vuestra vida, vuestros amigos, vuestras pasiones y vuestro trabajo. Sólo de esa forma daréis lo mejor de vosotros mismos. 

Slow life y mucho, mucho amor.

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