miércoles, 12 de enero de 2011

Una página en blanco

Permitidme que hoy aparque por un momento el viaje. Solo quería deciros, que me gustan las páginas en blanco. Siempre he pensado en ellas como mundos misteriosos que se abren ante ti para que puedas contar todo aquello que tu mente imagina.

¿No os pasa a veces, que cerráis los ojos y en vez de ver oscuridad, veis ideas, caras de personajes que sabéis que han de estar incluidos en vuestros relatos?

Mi madre dice que estoy algo trastornada. Sé que me lo dice con cariño, pues es ella quien, desde que me compró mi primer diario y vio que no tenía bastante con contar las cosas reales que me pasaban, me animó a escribir relatos que le leía, amenizando sus largas tardes de costura.

Recuerdo aquellas tardes tranquilas. Mientras ella cosía, yo escribía a su lado, sentada en el suelo mientras escuchábamos a la orquesta mondragón en la radio. Añoro esas tardes. No por la música aunque siempre será parte de mis recuerdos infantiles, si no, por el calor de esos momentos que solo eran interrumpidos por la llegada de los tres jinetes del apocalipsis, mayormente llamados, mis tres hermanos mayores.

Jamás pensé en lo que me depararía el futuro.

Y así como mis diarios están llenos de proyectos absurdos como tocar en un grupo musical, (cuando jamás he tenido ese don), la verdad es que nadie me instó a pensar que quería ser, realmente, cuando fuera mayor.

A veces pienso que la vida está mal montada. Sé que esta idea la he visto en alguna parte pero a veces, creo que deberíamos nacer siendo viejos y sabiendo lo que queremos en todo momento, vivir nuestra madurez y nuestra juventud sabiendo quienes somos y a que nos queremos dedicar y terminar nuestros días en brazos de alguien que te cuide y quien no lamente tus lloros o que no te valgas por ti mismo.Alguien se equivocó en algún momento de la creación.
Es duro darte cuenta cuando llegas a la etapa madura que todo lo que has hecho hasta el momento, es fruto de dejarte llevar por la sociedad. Un trabajo monótono, unas amistades que se auto llaman así pero que no han hecho nada por demostrarlo y que no te llenan, y un futuro incierto pero que solo unos pocos se dan cuenta que aún pueden cambiarlo.

Creo que la sociedad se deja llevar por lo que dice la masa y también creo que aunque pases de los treinta, aún queda mucho tiempo para cumplir tus propósitos, tus deseos, tus sueños... Planes, que por otro lado, has estado tanto tiempo pensando, que están ya maduros para salir al exterior.

¡Buffff! ¿Demasiado filosófica? Creo que, tal como diría la juventud de hoy día, "se me ha ido la olla, un poco", pero bueno, en eso consiste una bitácora, ¿no? En escribir día a día lo que sientes.

Mañana seguiré con mi viaje y a lo mejor, si os portáis bien, empiezo a hablar sobre mi novela.

Muchos besitos a tod@s y slow life, o lo que es lo mismo, tomaros las cosas con calma.

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