lunes, 24 de enero de 2011

El sexo novelado

Sé que en alguna ocasión, os he comentado que no deseo contaros mucho sobre la novela, pues no quisiera haceros perder el interés sobre la historia que cuenta. Por ello, me doy cuenta que he de ser muy cauta con lo que escribo.

Si por mi fuera, podría estar horas hablando sobre de que va el libro y sobre sus personajes, mientras discutíamos sobre las numerosas polémicas que surgen de su lectura.

Como ya sabéis no tengo experiencia en el mundo literario, pero si sé, o creo saber, lo que interesa a la gente. Y aunque cuando escribo solo relato ideas que van pasando por mi mente, y a pesar que siempre he creído que el amor es el verdadero motor de la sociedad, no deja de extrañarme lo mucho que a algunos les cautiva el sexo. Supongo que, tras años de prohibiciones donde sólo estaba bien visto las relaciones sexuales tras el matrimonio heterosexual, el ser humano está tomándose la revancha, y por eso, camines por donde camines, este está en todas partes.

No podemos negar que el sexo vende y por ello, no podía faltar en la novela. No por hacerla más vendible, si no porque siempre he creído que se le da demasiada importancia, y yo prefiero tratarlo como lo que es, algo normal pero importante para saber quiénes somos y conocernos a nosotros mismos.

Supongo que, cuando el libro se publique, (si esto al final ocurre), puede que me encuentre con algún comentario u opinión catalogando la novela como demasiado sexual, pero en un momento en el que la sociedad se ha despertado en contra de las supercherías que hacían que el sexo fuera algo tabú, creo que eso es lo que quiere la sociedad, que se toque este tema como si fuera algo normal de lo que disfrutar, porque amigos, el sexo sólo tiene un fin y no es el que algunos han conseguido imponernos durante tantos años.

El sexo es algo normal, divertido y no es justo que alguien que lo vive como un pecado, pueda decidir cómo y para qué hemos de usarlo. El sexo, es sexo y la sociedad lo sobre valora en demasía, cuando creo yo, se debería ver igual de bien que tomar una cerveza con los amigos, viajar a un lugar maravilloso o disfrutar de una buena conversación. 

Se le debe dar la importancia justa que tiene, ni más ni menos.

Aunque pensando en este tema no puedo dejar de recordar cómo terminó sus días el autor de la novela llamada Justine, el mítico y controvertido Marqués de Sade.

Slow life amig@s y disfrutar... de todo lo que os rodea. pero de Todo.

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