lunes, 31 de enero de 2011

Ortografía española

¡Odio la ortografía!

Sé que viniendo de una futura escritora como yo deben sonar muy mal estas palabras.

¿Qué le voy a hacer? Siempre me ha perdido mi bocaza y las ganas de decir lo que pienso.

En uno de los cientos de artículos que leo al día, leí la siguiente frase: Los escritores escriben y los editores editan.

Por favor, que alguien me diga que los correctores ortográficos, corrigen, porque aunque he releído la novela cientos de veces y os aseguro que no miento, cientos de veces, repito, aún sigo viendo algún que otro acento mal puesto. Espero que no se fijen en esto para decidir si van a editarla, ya que creo que sería injusto, pues en verdad yo no he estudiado filología, y a pesar que me he empapado de ortografía española, sé que hay muchos aspectos que aún no domino.

Viniendo del campo comercial y siendo realista, (cosa que no me gusta, aunque indudablemente es necesaria), pienso en qué necesita una novela, para que sea publicada antes que otras.

¿Qué pueda llegar al público? ¿Qué sea vendible? ¿Qué sea buena?

Está claro que si un libro es bueno, llegará al público y será vendible, con lo cual, llegamos a una conclusión. Ha de dar dinero a la editorial que ha decidido editarla, pues su trabajo, no es sino, apostar por algo para poder vivir de ello. Y aunque puesto por escrito, no suena muy bien. ¿No es eso lo que hacemos todos? ¿Trabajar para ganar dinero?
Lo único que me diferencia a mí, es que yo quiero trabajar en lo que me gusta, aunque algunos digan que si trabajas en algo que te gusta, ya no es un trabajo, sino un hobbie. Creo que eso es mentira, pues de un hobbie, no esperas que te pague la hipoteca.

Volviendo a los beneficios de las editoriales, diré que no me parece mal. Al revés, es un bonito trabajo y aunque los números y las letras no sean buenas compañeras, a mí parecer. Es necesario que cualquier publicación se realice tras, (supongo yo), unos estudios comerciales.

Dicen que este año en el que estamos, vamos a ver entre los grandes éxitos literarios, novelas crossover, (que son aquellas que pueden llegar a todo el público), y novelas que tratan los sentimientos. Bien, señores editores que puedan estar leyendo esto, creo que mi novela es crossover, si no contamos a los menores de dieciocho, por el sexo que sale en ella, (Aunque... ¿Qué no saben ellos, que nosotros sepamos?) y si no contamos a personas con moralidad intachable, aunque he de decir que a mi madre, (que entraría en ese grupo), le gusta.
Ella es la única que ha leído la novela completa y sabiendo que esto no ha de ser, por si solo, una buena referencia, pues el amor de madre todo lo puede, sé que jamás me mentiría cuando me estoy jugando el futuro, ya que la anterior novela que le enseñé, (y que por supuesto dejé de escribir en el capítulo quince), me dijo que era pesada, poco interesante y complicada de entender.
Viniendo de una ex secretaria de dirección de la Henkel y una gran lectora de todo tipo de libros como es ella, creo que es bastante fiable y que a ella le haya gustado, (a pesar de sus reticencias al sexo), para mí, es un punto positivo.

Prosiguiendo con el dinero que puede dar un libro a una editorial y en consecuencia a un autor, diré que a veces nos llegan pésimos libros a nuestras manos, tan solo, porque han tenido una magnífica publicidad.
Supongo que hay público para todos los gustos y espero dar con alguna editorial que apueste por esta novela.

Siendo comercial, sé como hacer que la novela se venda, tengo un montón de ideas para que llegue al público, lo que necesito es que alguien la edite. Que realice esta arriesgada apuesta por una escritora que no es conocida.
Solo diré una cosa más. Cuando a una editorial española llegaron las novelas de Joanne Kathleen Rowling, la autora de la saga de Harry Potter. Alguien dijo: Son siete libros. ¿Te imaginas si funcionan?

¿No os parece una pregunta deliciosa? ¿Te imaginas? Porque si perdemos el don de imaginar, de soñar, de desear, (por mucho que haya un deseo económico detrás, que es necesario), perdemos una de las partes más bonitas del ser humano.

Slow life mis queridos lectores, hasta mañana y no dejéis de imaginar.

sábado, 29 de enero de 2011

Upppss!! Que despiste!!

Nunca escribo en sábado, pero ayer olvidé escribir.

Es lo que tiene tener a cenar una mente de dieciséis años, con miles de cosas que preguntar. Sin darte cuenta llegan las tres de la mañana y aún no has parado de hablar.

Esa mente de dieciséis años es una de mis sobrinas. A veces pienso que piensa demasiado.

Pero como es sábado, y la verdad, no tengo muchas ganas de seguir escribiendo, no lo voy a hacer.

Solo quería desearos un feliz fin de semana y que disfrutéis de este sol tan radiante que hace.

¡No es "conya"! ¡Hoy hace sol!

Nos vemos el lunes, con más historias. Slow life y muchos besitos.

jueves, 27 de enero de 2011

Pero... ¡¡Vaya cabreo más tonto!!

Puede que la entrada de hoy ofenda a muchos. Pido perdón de antemano, pues ante todo me educaron muy bien, pero, por otro lado este es mi blog, así que...

Dicen que los Mayas profetizaron el fin del mundo tal y como lo conocemos a finales del año dos mil doce. Al parecer no se trata de un fin del mundo como tantos otros han vaticinado, si no un cambio de mentalidad en el ser humano que cambiará la forma de pensar y de hacer las cosas.

¡Quiero que llegue el dos mil doce! Necesito saber si es verdad que el ser humano es capaz de cambiar por una dichosa vez las cosas. ¡No me lo creo! La sociedad está acostumbrada a ser dirigida, a que le digan lo que tiene que hacer, a donde tiene que ir, que tiene que ver, como ha de ser, y no me creo que haya una revolución y que la gente vea que este no es el camino.

Absolutamente todo recae sobre el individuo, sobre el trabajador y jamás se les exige a los que tienen el poder que cambien las cosas. O no se les exige, o eso no es noticia y por ello nadie nos lo cuenta.

Ayer estuve viendo la genial película "La última noche de Boris Grushenko" del maravilloso Woody Allen y en un momento del film, entre todas las sandeces que decía, que son muchas, (por eso me gusta su humor tan ácido), alguien le preguntaba tras quejarse de los políticos que quién debía gobernar el mundo y él decía:
  • El sirviente, por supuesto, pues es el único que sabe arreglar las cosas cuando se estropean
¡Genial! No hay más palabras para describirlo.

Siempre he sido algo revolucionaria y algunos, incluso dirían algo sindicalista, (espera, no, esa gente no cuenta, porque lo decían como un insulto), y nada más lejos de la realidad. Aunque viendo lo visto, a lo mejor si que podrá ser usado pronto como insulto.

Estamos gobernados por gente que no tiene ni idea de llevar un país, (aunque no creo que la oposición tenga muchas más luces). Nos dicen que la única solución a nuestros problemas es que el trabajador trabaje más años, cotice más y puede que al final, si todo sale bien, tenga una mísera pensión de algo más de seiscientos euros. Decían también que la renta máxima que se podía llegar a cobrar es de alrededor de dos mil quinientos euros. Me pregunto quienes serán los que tengan estas cantidades y te aseguro que no va a ser el trabajador de a pie, si no los altos directivos.
Resulta que ahora hay que estar trabajando desde los veintiséis años para poder jubilarte a los sesenta y siete. ¡Qué risa me da esto! De veras... ¡Estoy tan cabreada que no tengo muchas ganas de escribir pues no quisiera decir ninguna sandez! Me gustaría ver por otro lado quienes serán los que se jubilarán antes de esa edad; Directores de banco, ministros con sueldo vitalicio, presidentes del gobierno patanes, directivos con grandes sueldos que pueden pagar una pensión privada...

¡Qué más da! ¡Qué pringue el trabajador! Qué deslome su espalda un cargador del puerto o que siga construyendo pisos un albañil, o incluso, sin ir tan lejos, trabajemos en una oficina hasta los sesenta y siete, qué más da... Vivimos para trabajar y os aseguro que debería ser al revés.
Contando que la esperanza de vida para el hombre es de setenta y nueve años, ¡Bien! ¿De qué nos quejamos? ¡Si tenemos doce años para nosotros! Bueno, bueno, espera... ¡Qué las mujeres duramos hasta los ochenta y tres! ¡Qué nos quedan dieciséis años! Eso sin contar, que los posibles achaques y enfermedades te dejen disfrutar.

Yo propongo otra cosa. Dejad mi sueldo en paz, dejad que yo guarde mí dinero para mí vejez y que me pague los médicos y los medicamentos, pero eso si, equiparar los sueldos a Alemania, Francia o Estados Unidos.
Me da tanta rabia que decidan por mí, pero tanta. Seguro que los líderes sindicalistas también se jubilaran a los sesenta y siete. ¡Son todos unos vendidos que viven de las subvenciones del gobierno y de sus "chungos" negocios!

¿Es que ya no hay nadie que sea real? ¡De veras! ¡Qué salga que le voto! Pero antes ha de pasar una prueba, ha de demostrar que está a salvo de la corrupción que da estar rodeado de dinero y poder.

Bueno chic@s... Slow life, porque si no, apaga y vámonos!!

miércoles, 26 de enero de 2011

Os voy a contar un cuento...

Retomando el tema de ayer sobre lo muy diferentes que somos, os diré que el ser humano es tan distinto uno del otro que me parece una aberración que haya gente que sólo quiera relacionarse con personas de su mismo estatus social, o que no quiera probar alguna vez en la vida, como se ven las cosas desde el otro lado.

Mi madre, mujer sabia entre las mujeres, me contaba una historia cuando era pequeña, para que me diera cuenta, que es imposible hacer cambiar a una persona de parecer, si no está abierta a escucharte.

Permitidme que os la relate:

Resulta que, había una vez una muchacha que amaba a su marido con locura, pero el tiempo pasó y él se enfrascó tanto en su trabajo que cada vez la iba dejando más de lado, hasta que sus conversaciones, los mimos, y las caricias que se prodigaban, dieron paso a la más absoluta y penosa indiferencia.
Pero ocurrió que esta muchacha, conoció a un tipo por la calle que empezó a acompañarla a los lugares, entabló largas conversaciones con ella, y poco a poco hizo que esta se encaprichara de él, a pesar que seguía amando a su marido.
Una noche él la invitó a su cabaña del bosque, y aunque ella le recordó que era una mujer casada y que tenía que volver pronto a su casa, él la convenció para que no se preocupara, diciéndole que acabarían antes de que anocheciera. Para llegar a esta cabaña debían pasar un río y el transbordador cerraba sus puertas a las ocho de la tarde, así que ella le pidió que debían acabar antes de esa hora, a lo que el dijo:
¡Nena, confía en mí!
Pero las cosas no fueron como ella esperaba y la noche se cernió sobre la cabaña y cuando ella se dio cuenta, ya eran las nueve y media. Sabiendo que su amante tenía una lancha, le pidió que la acompañara al otro lado del río, pero él se negó diciendo que estaba agotado. Como ella quería estar en casa antes de las doce, empezó a caminar por el bosque hasta llegar al río donde el transbordador hacía rato que estaba fuera de servicio, pero entonces vio a un pescador que estaba preparándose para faenar y acercándose a él, le pidió si podía llevarla al otro lado, cosa a la que el se negó, porque tenía muy pocas horas para pescar el máximo de peces y llevarla sería una gran molestia. Nerviosa por la situación, llamó a su marido, comprobando que ni siquiera se había dado cuenta que ella no estaba en casa. Cuando le explicó que había ido a ver a una amiga y se le había hecho tarde y que por favor la viniera a buscar, el se negó aludiendo que tenía demasiado trabajo.
Ni corta ni perezosa y con el ansia de volver a su casa, la muchacha intentó cruzar el río a nado con tan mala suerte que se ahogó. ¿Quién tuvo la culpa de su muerte?

Os aseguro que hay opiniones para todos los gustos y que, reunión en la que saco el cuento, reunión donde se puede comprobar las ideas tan diferentes que tiene cada ser, pues incluso siendo igual la respuesta, cada uno piensa de forma diferente cuando dice el porqué piensa eso.

¡Esto es la salsa de la vida! Ser tan diferentes entre nosotros. Si todos pensáramos igual, la vida sería muy, pero que muy aburrida.

No dejéis que nadie "os coma la cabeza", pero tampoco cerréis vuestra mente a nuevas ideas y a nuevos retos.

Slow life y tomaros las cosas con calma.

martes, 25 de enero de 2011

Invierno y frío

Hoy hace mucho frío... Y cuando hace tanto frío, no puedo pensar con claridad, así que creo que la entrada de hoy no va a ser muy divertida.Odio el invierno y no me gusta la desazón que entra cuando tienes que ir tapada con un gordo jersey, el abrigo, los guantes y la bufanda, que hace que no tengas libertad de movimiento.

Tengo una teoría, que es, que cuanto más frío es un país, menos abierta y simpática es su gente. Es una teoría, que por suerte, tiene sus excepciones, aunque no me negaréis que los días fríos son insoportables. Cielos claros pero con vientos helados, ventanas frías aunque el sol esté asomado a ellas. Gélido aire invernal que hace que lo único que quieras hacer es volverte a la cama y no salir hasta la primavera.

Dicen que cuando no sabes de que hablar, lo más socorrido es hablar del tiempo. He estado a punto de caer en la tentación y seguir con una disertación sobre este maldito frío que nos acompaña, pero no, hoy me gustaría seguir hablando de la futura publicación de mi libro.

Puede que sea una ilusa al pensar que algún día veré mi novela publicada, y a pesar de que hay mucha gente que está leyendo este blog, y que tengo algunas visitas de países que no me esperaba, sigo creyendo que algún día lo conseguiré si consigo sacar mi obra del nido calentito en el que se encuentra, para que otros puedan decidir si sirvo para este trabajo. 



Cambiando un poco de tema... me gustaría contaros que a mí me gusta escribir sobre personajes con personalidades complejas, pero sigo preguntándome si se puede escribir sobre sus almas. Y pensando mucho, mucho, he llegado a la conclusión que sí, pues entre la personalidad y el alma de cada individuo, sólo existe la diferencia que la personalidad es voluble, pero el alma es, y será siempre parte de nuestro ser, esa parte que jamás podremos cambiar y que hace que nuestro camino vaya por unos u otros derroteros.
Si pudiéramos controlar nuestra alma, podríamos cambiar muchas cosas que no nos gustan, pero nadie puede hacerlo. Esta, tiene vida propia, crece y se transforma con las experiencias con la que la alimentamos.

Eso es lo que nos hace únicos y diferentes a los demás. Porque por suerte, somos diferentes entre nosotros.

Slow life mis futuros lectores. Nos vemos mañana, espero que sin tanto frío.

lunes, 24 de enero de 2011

El sexo novelado

Sé que en alguna ocasión, os he comentado que no deseo contaros mucho sobre la novela, pues no quisiera haceros perder el interés sobre la historia que cuenta. Por ello, me doy cuenta que he de ser muy cauta con lo que escribo.

Si por mi fuera, podría estar horas hablando sobre de que va el libro y sobre sus personajes, mientras discutíamos sobre las numerosas polémicas que surgen de su lectura.

Como ya sabéis no tengo experiencia en el mundo literario, pero si sé, o creo saber, lo que interesa a la gente. Y aunque cuando escribo solo relato ideas que van pasando por mi mente, y a pesar que siempre he creído que el amor es el verdadero motor de la sociedad, no deja de extrañarme lo mucho que a algunos les cautiva el sexo. Supongo que, tras años de prohibiciones donde sólo estaba bien visto las relaciones sexuales tras el matrimonio heterosexual, el ser humano está tomándose la revancha, y por eso, camines por donde camines, este está en todas partes.

No podemos negar que el sexo vende y por ello, no podía faltar en la novela. No por hacerla más vendible, si no porque siempre he creído que se le da demasiada importancia, y yo prefiero tratarlo como lo que es, algo normal pero importante para saber quiénes somos y conocernos a nosotros mismos.

Supongo que, cuando el libro se publique, (si esto al final ocurre), puede que me encuentre con algún comentario u opinión catalogando la novela como demasiado sexual, pero en un momento en el que la sociedad se ha despertado en contra de las supercherías que hacían que el sexo fuera algo tabú, creo que eso es lo que quiere la sociedad, que se toque este tema como si fuera algo normal de lo que disfrutar, porque amigos, el sexo sólo tiene un fin y no es el que algunos han conseguido imponernos durante tantos años.

El sexo es algo normal, divertido y no es justo que alguien que lo vive como un pecado, pueda decidir cómo y para qué hemos de usarlo. El sexo, es sexo y la sociedad lo sobre valora en demasía, cuando creo yo, se debería ver igual de bien que tomar una cerveza con los amigos, viajar a un lugar maravilloso o disfrutar de una buena conversación. 

Se le debe dar la importancia justa que tiene, ni más ni menos.

Aunque pensando en este tema no puedo dejar de recordar cómo terminó sus días el autor de la novela llamada Justine, el mítico y controvertido Marqués de Sade.

Slow life amig@s y disfrutar... de todo lo que os rodea. pero de Todo.

viernes, 21 de enero de 2011

Escritor/a = Persona que escribe. Mmmmm... ¿En serio?

En uno de los viajes con mis amigas, estuvimos hablando sobre el arte de escribir. No sé muy bien como llegamos al tema, pero recuerdo que me decían que debía salir más de casa. Si, he de reconocerlo, me gusta pasar los fines de semana en casa, sobre todo en invierno. Poner la calefacción, vestir un chandal que jamás me pondría por la calle, sentarme en el sofá mientras mi niño de cuatro patas se acurruca a mi lado y leer un buen libro o escribir en mi portátil, mientras escucho a Andrea Bocelli. Por otro lado, tengo también mi lado canalla, (esta cualidad no es solo de los hombres), aunque cada vez me han de insistir más para que me apunte a una fiesta.
Retomando el tema... Durante esa conversación, recuerdo que quería compartir con ellas la experiencia que suponía el crear una vida desde cero. Les decía que no necesitaba salir mucho, pues el mundo interior que podía crear era mucho más interesante que lo que la vida me ofrecía. Les comentaba que cuando empezaba a dar vida a los sentimientos de mis protagonistas era como ser parte de ellos y aunque, puede parecer cosa de locos, escribiendo esta novela, que ahora intento vea la luz, he llorado, he reído y he odiado, pero lo más importante para mí, es que he conseguido que las pocas personas que han leído algún capítulo suelto, (si, al final me he atrevido a mostrarla), sientan lo mismo que he sentido yo.

Eso es bueno. Es lo que cualquier escritor quiere conseguir. Transmitir lo que siente y hacer vibrar al lector con sus personajes. Eso es lo que yo quiero de vosotros. Que sintáis, viváis, améis y que odiéis, que riáis y lloréis, pero sobre todo, que no dejéis de sentiros vivos ni una sola vez.

No se si os he comentado, que mi novela empezó siendo un libro de más de setecientas páginas. Que yo sepa, muy pocos, hoy día, pueden publicar una novela tan extensa. La verdad es que solo me viene a la cabeza un nombre, que no voy a decir, pues sé que no necesita publicidad. Así, que muy a mi pesar, lo partí en dos. La verdad es que fue una ardua tarea, ya que el final de esas setecientas páginas, era un fin que te dejaba con ganas de saber que iba a pasar y buscar un final alternativo fue complicado, aunque no imposible. Busqué un capítulo que pudiera permitir esa partición, retoqué alguna frase, añadí un poquito de emoción, algo de misterio e intriga y "Et voilà" terminé la primera parte.

Y a pesar de mis reticencias a esa partición. Me di cuenta que no sólo tenía escrito un libro, si no que tenía suficiente para comenzar lo que a mí se me antoja como algo parecido a una saga.

Qué disfrutéis del fin de semana y... slow life.

¡Ah! Por cierto... El lunes, un tema interesante. No os lo perdáis.

jueves, 20 de enero de 2011

20 de Enero de 2011. Qué título tan poco original... ;-)

Aunque muy acertado para una bitácora...

Hemos despertado con el mar en calma. Por suerte después de una pequeña tempestad de aguas revueltas, la paz siempre vuelve, la mente se libera y puedes seguir navegando sin temor a estrellarte contra las rocas.

Yo sigo aquí en mi Odisea particular, intentando transmitir los pasos de mi viaje hasta un nuevo mundo, al cual, como cualquier descubridor, intento llegar. 

No existen las vías rápidas. Publicar un libro es un camino lento, pausado, tranquilo, donde necesitas paciencia y tesón, y aunque no creo en la suerte ni en el destino, también diré que un poco de estas supercherías anidan en mi propia mente y a veces pienso, que un poquito de suerte tampoco iría mal.

Ayer surgieron las siglas C.A.V.O. en mi entrada y os dije que iba a contaros que significaban. Como ya he dicho en alguna ocasión, entre los múltiples mensajes que he recibido en facebook, hay varios que dicen que el trabajo bien hecho, siempre recibe recompensa. Creo en eso y sé que mi novela cumple al dedillo con el CAVO, que por otra parte es algo que me inventé ayer mismo.

Calidad / Autenticidad / Veracidad / Originalidad. Creo que estos son los pilares que sustentan una gran obra, pero he de deciros que la definición de estas cuatro palabras, es sobre todo una definición muy personal.

CALIDAD - En la sociedad del fast life a la que cada día nos acercamos más, es algo que no se valora. Todo el mundo quiere tener acceso a todo y creo que muchos "creadores", (no hablo solo de artistas), se han dado cuenta del numeroso público que tendría su producto si bajan precios. Pero claro... Bajan precio y bajan calidad. Hablo de cualquier producto que ahora mismo podemos encontrar en el mercado. Dvd's que parecen sacados del Top Manta, marcas blancas de productos alimenticios que, (por experiencia propia), os puedo decir no se acercan ni por asomo a otros más caros, ropa que te dura una temporada, electrodomésticos que se rompen justo cuando caduca la garantía... hay un largo etc... Puede que alguien piense, que de otra manera no podríamos acceder a ellos. Respeto esa idea pero no la comparto y me pregunto si vale la pena.

AUTENTICIDAD Y VERACIDAD – Uno estas dos palabras porque en definitiva son sinónimos de una misma definición. Si lo que haces no está basado en algo real... ¿Quién te va a creer? ¿Quién apostará por ti si lo único que escribes, pintas, cantas, trabajas, no es cierto?
Dicen que "Se coge antes a un mentiroso que a un cojo", no creo que sea verdad. Hay grandes mentirosos que nos rodean y a los que creemos y que jamás serán descubiertos, aunque por otro lado y siendo más de la calle y menos filosófica, también se dice "A todo cerdo le llega su San Martín". El tiempo pone a cada uno en su lugar... Yo prefiero defender la verdad, aunque algunos crean que es una causa perdida.

ORIGINALIDAD – La originalidad vende. Eso no se puede poner en duda. Pero, en este mundo donde dicen que "Todo está inventado", ser original es una tarea difícil. Oí una vez, viendo un reportaje de nuevos inventores, que los grandes inventos de la humanidad han sido aquellos que han servido para cubrir una necesidad del ser humano. Creo que por ello hay tantos escritores, cantantes, cómicos y locales de ocio, por que necesitamos entretenimiento para dejar de pensar en los problemas cotidianos. Pero la gente quiere originalidad, si no, duras dos telediarios.

Nada más por hoy. Pensad en como queréis que sean las cosas que envuelven vuestro día a día.
Besitos y slow life.

miércoles, 19 de enero de 2011

El mar anda revuelto

Hoy las musas se han tomado un descanso, por ello voy a dejar que mis dedos escriban tan solo las ideas que mi mente le transmite. No hay ninguna historia que contar, nada nuevo que decir, pero me niego a dejar de escribir, aunque tan solo sea por un día. Por ello, ahí van mis divagaciones...

Creo que no os he dicho que me encanta el mar. Podría pasarme horas mirando esa gran masa de agua salada. Supongo que por ello, si pienso en un viaje, en una Odisea, pienso en un trayecto marítimo. Mi imaginación, que a veces anda suelta sin control, me envía imágenes de un Drakkar y aunque Ulises usó una nao parecida en su viaje, me viene a la mente ese barco lleno de aguerridos vikingos. Me hace gracia cuando pienso en ellos, eran grandes aventureros y descubridores y tan solo pasaron a la historia como simples mercenarios que asolaban la tierra por donde pasaban, cogiendo lo que querían a la fuerza.

¿Cuántas cosas de la historia que han llegado hasta nuestros días deben ser mentira? ¿Os lo habéis preguntado alguna vez? Dicen que todo es según el color del cristal con que se mira ¿Cuántas de esas historias estarán contadas a través de cristales erróneos?

Falsos artistas, descubridores que no descubrieron nada, reyes que no eran tan honorables y plebeyos que eran mucho más que simples campesinos.

Supongo que todas estas ideas sin orden vienen a causa de mi estado de ánimo. Entre los muchos artículos que guardo de como llegar a una editorial, como hacer que te publiquen, o incluso el maravilloso artículo donde intentan convencerte de que es fácil publicar tu misma un libro, para luego pedirte más de seis mil euros para hacerlo, guardo también una dirección donde te ofrecen ser negro literario. No se por qué me he puesto a leerlo y... pufffff... Me he desinflado.

Pensar que hay gente que no sabe escribir y que está publicando libros solo por qué es famoso, me ha dado mucho coraje, pero... he de confesar que tengo un defecto, al que por otro lado aprecio mucho, se llama empatía y me obliga a ver el lado contrario siempre que tengo un dilema. Por ello me he puesto a pensar en lo que debe preguntarse el famoso que no sabe escribir y que quiere plasmar sus ideas ¿Como hago llegar al público lo que pienso si soy incapaz de plasmarlo sobre una hoja en blanco?

¡Maldita empatía que no deja que me regodee en mi bajón!

Bueno, pues eso, como a mí no me duran mucho los bajones, solo me falta decirle a uno de mis lectores, que me comentó que no debía ser tan negativa, (creo que fue por la frase: ¿Por qué deben publicar mi libro entre todos los que reciben?), que no es negatividad, si no realidad y la realidad no es mala. Creo que si fuéramos capaces de ser más realistas y no querer ser siempre tan positivistas, nos llevaríamos menos "palos", aunque me vanaglorio de ser muy, muy positiva en todos los aspectos de mi vida. Por eso me extrañó ese comentario, pues si es eso lo que transmití, seguro que equivoqué la elección de mis palabras al explicarme.

Supongo que este realismo me viene de mi faceta comercial. Sé lo importante que es vender, sé que en un mundo de letras, los números son los que mandan y sé que si no vendes o tienes la posibilidad de vender, nadie se arriesgará a publicar tu obra. Saber todo eso, me da una visión real de un trabajo al que deseo dedicarme, pero en ningún caso, se le puede llamar negatividad.
¿Sabéis que si un libro no se vende, el librero lo devuelve a la editorial? Yo me enteré el otro día cuando fui a comprar uno y me dijeron que ya no lo tenían por que lo habían devuelto.

Sé que mi arte cumple los requisitos del C.A.V.O, pero también sé, que el arte no entiende de facturas de fin de mes, por eso los grandes pintores murieron pobres.

Slow life, muchachos y muchachas, slow life...

P.D: Mañana os explico que es el CAVO.

lunes, 17 de enero de 2011

En busca de mi Odisea

¿Sabíais como consiguió Lewis D'Vorkin su actual empleo como director de la revista Forbes?

Resulta que cogió un ejemplar de la revista, marcó con un lápiz de cera de color naranja tres de las marcas que se anunciaban en ella y le hizo llegar una carta al entonces editor, Jim Michael, sugiriéndole formas de hacer que una marca comercial con solera fuera todavía mejor. La historia tiene un final feliz, pues después de diez años, Jim llamó a Lewis y le ofreció un puesto en la compañía.

Querer que te publiquen un libro, es como buscar un trabajo y dicen que solo el diez por ciento de los que contestan a los anuncios de empleo, o sea, los que siguen los cauces normales, lo consiguen de esa manera.

¿Y ahora qué? ¿Sigo los cauces normales o imito a Lewis? ¿Cómo puedo saber si lo que escribo tiene la suficiente calidad para ser publicado si ni siquiera me atrevo a mostrárselo a los que comparten la vida conmigo?
Supongo que es normal que a los que intentamos llegar a ser artistas nos asalten las dudas. Por mi parte, desconozco si podré llegar a serlo algún día, si esto va a funcionar o no y creo que el peor demonio de un artista son los fantasmas que te asaltan cuando todo está en silencio y que te dicen una y otra vez: ¿Por qué tú? ¿Por qué de entre todos los originales que recibe una editorial, iban a elegir el tuyo? ¿Quién se va a arriesgar si nadie te conoce? Ayyyy... Fantasmas... Esos seres que algunos creen que no existen, pero que puedes notarlos y que hacen que dudes de todo...

Pero... si una cosa buena tienen los fantasmas, es que desaparecen cuando dejas de pensar en ellos, así que... Vamos a apartar las dudas de nuestra mente, a respirar profundamente, a pensar en la slow life y a creer que no tendré que esperar diez años como el bueno de Lewis, a que alguien me de la oportunidad de demostrar que soy buena escribiendo.

Supongo que pido un poco de Fe, algo que en estos tiempos, anda muy escasa, pero que algun@s mantenemos.

Sé que la entrada de hoy, no es muy alegre, pero supongo que en eso consiste un blog, en escribir lo que sientes, como ya he dicho en alguna ocasión.

Por cierto... Quería también daros las gracias por todas las visitas que habéis hecho al blog y por vuestros maravillosos comentarios en mi facebook. Dicen que las redes sociales son la nueva forma de conexión entre la gente. No sé si será cierto o no, aunque lo que yo he comprobado es que es una buena forma que gente que no conozco se interese por mi trabajo.

De veras, gracias por ayudarme en esta dura tarea de hacer que me conozcan, pues ya se sabe...

"Los autores de hoy, no eran nadie antes de serlo"

Esta frase no es mía, pero espero poder repetirla en otro tono dentro de unos años y añadir:
¡Cuánta razón tenías!

Muchos besitos a tod@s y slow life, o lo que es lo mismo, tomaros las cosas con calma.

viernes, 14 de enero de 2011

Plazos para Odisea

Hice bien en poner el plazo para el día tres de enero, pues entre los preparativos para asistir a la cena de fin de año y la propia fiesta, no fui otra vez persona hasta pasado el medio día del uno de enero y como el dos fue domingo y alguien me dijo, que no es bueno trabajar en domingo...

Pero... que sean fiestas, no quiere decir que no haga nada para acatar el plazo impuesto por mi misma y aunque a veces, me gustaría ser algo más "descerebrada", dejarme llevar y no tener tanto miedo a que las cosas salgan mal, creo que si en algo me parezco a mi padre, es en la previsión.

Desde pequeña, me inculcaron la frase de "más vale prevenir que curar", creo que la decía por TVE1, la única que existía por aquel entonces, un doctor. Caló fondo, no en cuestiones de salud, que también, si no en algunas cosas que me he propuesto en la vida y para ser previsora, el viernes treinta y uno por la mañana encuaderné la novela.

Como no disponía de mucho dinero, usé una de esas casas donde te las encuadernan con rodillos en espiral. Cuando la muchacha vio el "tocho" que le traía, abrió los ojos como platos. Lo que llegan a abultar trescientas setenta y dos páginas, (la última vez, no conté la portada).

Y bueno...llegó el día tres de enero, el día de mi plazo final... pero he de decir, que mi padre tenía razón cuando me decía que "Feina feta no fa destorb", creo que se traduciría como "Trabajo realizado, no hace estorbo", aunque no me hagáis mucho caso, que en esto de las traducciones soy bastante mala. Así que haciendo caso a mi padre, mi primera novela ya estaba registrada en el Registro de marcas y patentes de Barcelona antes del plazo fijado y me felicité por realizar mi proyecto antes del plazo impuesto.

Ahora si. Ahora ya puedo empezar a hablar sobre ella con toda la tranquilidad que me da saber que está registrada y con ello asegurada de plagios. ¡¡Jajajajajaja!! ¿Alguién se cree eso?

En una ocasión me comentaron, que hace un tiempo, un tipo quiso hacer una comprobación y cogió una de las novelas más importantes de la literatura, le cambió los nombres a los personajes, el lugar de los hechos y el año de los acontecimientos, así como el título y lo presentó a una editorial que tras una semana, le contestó que querían publicar su novela. No se si esto es una leyenda urbana como "la muchacha de la curva" o si es real, aunque tengo mis dudas, pero nadie está libre de plagio, así, que, con vuestro permiso, si que os contaré cosas sobre mi novela, sobre de que va, o que pretendo conseguir cuando leáis mis palabras, pero para saber más, tendréis que comprar el libro cuando se edite.

Con el plazo cumplido empezaré a relataros mi particular odisea en cuanto al contacto con editoriales, poniéndome al día en fechas. Disponía de varias direcciones de correo electrónico a las cuales iba a enviar hoy mi propuesta editorial, pero mirando sus páginas web, resulta que la mayoría solicitan el envío del manuscrito por correo ordinario, para hacerlo llegar, unas a los clubs de lectores y otras a los distintos departamentos de editores. En todo caso, ninguna de ellas te devuelve el original porque dicen, es destruido. Supongo que es amor de "madre", pero me niego a que mi original sea destruido tras haber pasado por las manos de vete tu a saber quien, sin menospreciar en ningún momento a ese quien, que a lo mejor en un futuro va a leer mi libro.

Así que, leyendo una noticia, y unas frases de un blog que me han inspirado muchísimo, (ahora aún no os puedo explicar de que se trata), voy a intentar hacer algo que seguramente mucha gente no aprobaría. Ir contracorriente e intentar llegar a la cima no por el camino que todos cogen, si no, por uno que espero, solo yo haya descubierto, aunque ya se sabe lo que dicen... En esta vida está todo inventado, así que y aunque por ahora no pueda contaros más, la cosa está en marcha, siempre y cuando encuentre el valor para hacer lo que tengo que hacer el próximo lunes.

Nos vemos ese día, esperando que comprendáis que no escriba en fin de semana.

Muchos besitos a tod@s y volvemos al slow life. Tomaros las cosas con calma.

jueves, 13 de enero de 2011

Preparando el viaje

Siempre que me voy de viaje, llevo más cosas de las que necesito normalmente.

Mi palabras favoritas son: Por si... que vienen de, por si acaso. ¡Ayyyy! Mi por si acaso, a veces me juega malas pasadas y si no tuviera un plazo de salida para el vuelo, se que jamás saldría de vacaciones.

Empecé a creer que mi particular Odisea iba por el mismo camino que cuando salía de viaje. Sabía que era lo que necesitaba y se llamaba Plazo.

Odio los plazos, pero se que son necesarios para no eternizar los proyectos. Si por mi fuera, siempre estaría haciendo cosas. Creo que podría estar escribiendo una novela durante años sin terminarla, pues mis personajes son complicados, especiales, impresionantes, algo retorcidos, pensativos y totalmente originales... ¿Qué escritor no sacaría jugo de personajes de este tipo? Personajes que en definitiva son humanos.

No nos damos cuenta que la gracia del ser humano es ser eso, complicado. ¿A quien le gustan las personas simples? Creo que son aburridas y que esconden en su interior gente mucho más complicada que los que osan mostrarse tal como son. Con sus ideas y sus pensamientos, con sus problemas y sus días buenos. Nadie puede escribir una historia de alguien simple. Bueno, si me pusiera, supongo que si, pero creo que sería bastante aburrido.

Pero, bueno... ¡No dejéis que me vaya por las ramas!... Hablaba sobre el por si acaso de las maletas, aunque, realmente hablaba del por si acaso de mi novela.
Está tan llena de por si acaso. Léela otra vez, por si a caso no te hayas equivocado en algún párrafo. Espera a encuadernarla, por si a acaso, no te hayas confundido en alguna frase...

¡¡Basta ya!! ¡¡Necesitaba un plazo!!
Al menos uno, para encuadernarla y registrarla. Una vez hecho esto, ya veremos.
Un plazo...Un plazo... ¿Os he dicho que odio los plazos? ¡Mmmmmm....!

Lo del plazo se me ocurrió un día antes del pasado fin de año. Qué rápido pasa el tiempo cuando tienes cosas por hacer. En mi familia y supongo que en muchas familias del mundo, el día treinta y uno de diciembre, sale el "home dels nassos" para los que no comprendan el catalán, el "hombre de las narices" o lo que es lo mismo, el hombre que tiene tantas narices como días le quedan al año. Recuerdo de pequeña, como me reía cuando mis padres me decían que tal día como mañana, lo vería. Supongo que a eso se le llama ilusión. Y eso está corroborado, no voy a perder la ilusión jamás, ni siquiera teniendo un horrible plazo que cumplir.

Así que fijé mi plazo final de encuadernación y registro: Lunes, tres de enero de dos mil once.

I hate deadlines... ¡Oh Dios! Plazos en inglés significa la muerte de las líneas. ¡Ahhhhh! Si lo piensas bien, eso es un plazo. La muerte de la línea que estás escribiendo. ¡Jo! No me hagáis caso, en alguna otra ocasión, ya he dicho que a veces, "se me va la olla".

¡¡Ah!! Por cierto...aunque tarde... Os deseo un feliz año nuevo, lleno de deseos cumplidos.

Muchos besitos a tod@s y slow life, aunque sea con plazos.

miércoles, 12 de enero de 2011

Una página en blanco

Permitidme que hoy aparque por un momento el viaje. Solo quería deciros, que me gustan las páginas en blanco. Siempre he pensado en ellas como mundos misteriosos que se abren ante ti para que puedas contar todo aquello que tu mente imagina.

¿No os pasa a veces, que cerráis los ojos y en vez de ver oscuridad, veis ideas, caras de personajes que sabéis que han de estar incluidos en vuestros relatos?

Mi madre dice que estoy algo trastornada. Sé que me lo dice con cariño, pues es ella quien, desde que me compró mi primer diario y vio que no tenía bastante con contar las cosas reales que me pasaban, me animó a escribir relatos que le leía, amenizando sus largas tardes de costura.

Recuerdo aquellas tardes tranquilas. Mientras ella cosía, yo escribía a su lado, sentada en el suelo mientras escuchábamos a la orquesta mondragón en la radio. Añoro esas tardes. No por la música aunque siempre será parte de mis recuerdos infantiles, si no, por el calor de esos momentos que solo eran interrumpidos por la llegada de los tres jinetes del apocalipsis, mayormente llamados, mis tres hermanos mayores.

Jamás pensé en lo que me depararía el futuro.

Y así como mis diarios están llenos de proyectos absurdos como tocar en un grupo musical, (cuando jamás he tenido ese don), la verdad es que nadie me instó a pensar que quería ser, realmente, cuando fuera mayor.

A veces pienso que la vida está mal montada. Sé que esta idea la he visto en alguna parte pero a veces, creo que deberíamos nacer siendo viejos y sabiendo lo que queremos en todo momento, vivir nuestra madurez y nuestra juventud sabiendo quienes somos y a que nos queremos dedicar y terminar nuestros días en brazos de alguien que te cuide y quien no lamente tus lloros o que no te valgas por ti mismo.Alguien se equivocó en algún momento de la creación.
Es duro darte cuenta cuando llegas a la etapa madura que todo lo que has hecho hasta el momento, es fruto de dejarte llevar por la sociedad. Un trabajo monótono, unas amistades que se auto llaman así pero que no han hecho nada por demostrarlo y que no te llenan, y un futuro incierto pero que solo unos pocos se dan cuenta que aún pueden cambiarlo.

Creo que la sociedad se deja llevar por lo que dice la masa y también creo que aunque pases de los treinta, aún queda mucho tiempo para cumplir tus propósitos, tus deseos, tus sueños... Planes, que por otro lado, has estado tanto tiempo pensando, que están ya maduros para salir al exterior.

¡Buffff! ¿Demasiado filosófica? Creo que, tal como diría la juventud de hoy día, "se me ha ido la olla, un poco", pero bueno, en eso consiste una bitácora, ¿no? En escribir día a día lo que sientes.

Mañana seguiré con mi viaje y a lo mejor, si os portáis bien, empiezo a hablar sobre mi novela.

Muchos besitos a tod@s y slow life, o lo que es lo mismo, tomaros las cosas con calma.

Primeros pasos del viaje...

Supongo que esta odisea empezó hace mucho tiempo atrás. Siguiendo con el hilo de ayer, os voy a poner otra de las frases en inglés que también me gustan:

Once upon a time...

O lo que es lo mismo: Había una vez... Dicen que este es el principio de toda buena historia que se precie. Bien. Yo tengo un bonito relato que contar y como recordaréis, es la odisea de publicar mi novela.

Como ya he comentado anteriormente, me gusta hacer las cosas con tranquilidad y bien, así que empezaremos por el principio, porque empezar por el final, ha de ser sumamente aburrido.

Miro el despacho donde escribo y veo un montón de cajas con relatos inacabados. Sentimientos de adolescente escritos en libretas que debían contener deberes de matemáticas o fórmulas de física pero en los que encontraréis de todo menos eso.

Escribía sobre cada cosa que me pasaba. Siempre se me ocurrían relatos sobre las personas que conocía. Algunos incluso, antiguos novios, tienen su propia novela corta, novela que nunca les enseñé, por supuesto.
Por otro lado, las paredes, estanterías, mesas y cajones, están llenas de notas con frases que a menudo se me ocurren y que tengo que escribir en cualquier lado. Algún día tendré que recopilarlas y usarlas.

Dicen que la Odisea es un viaje lleno de incidentes y dificultades, pero al leer el poema épico de Homero, no hemos de olvidar que su protagonista, (originalmente llamado Odiseo, Ulises en latín), obtiene ayuda de la hija de Zeus. Eso me da que pensar que Homero no fue cruel y aunque Ulises tarda diez años en volver, su autor quiso ser benevolente con él, pues al final, recupera su reino y es reconocido por su esposa. Cosa que me lleva a añadir una nota a la definición de Odisea: Viaje lleno de incidentes y dificultades, con final feliz.

En lo que jamás había pensado es en lo que iba a costarme poner en circulación mi novela. No es que me encontrara con puertas cerradas, ni con ventanas medio abiertas, lo que me costaba era sacarla de mi despacho.

La primera parte estaba terminada, corregida por mi misma, (pues cuesta demasiado dinero llevarla a un corrector), y preparada para encuadernar y registrar. Llevaba más de un mes encima de la impresora con sus veintidós capítulos y sus trescientas setenta y una páginas. Si no la había leído y releído cuarenta veces, no lo había hecho ninguna. Y cada vez que la leía, me gustaba más y volvía a enamorarme de sus protagonistas.

¿Podemos llegar los escritores a enamorarnos de nuestros personajes?

Yo creo que si. Al menos, yo lo he hecho.

Muchos besitos a tod@s y slow life, o lo que es lo mismo, tomaros las cosas con calma.

martes, 11 de enero de 2011

No me gustan los Blogs...

¿No me gustan? Realmente... lo que no me gusta es la palabra Blog.
La verdad es, que lamentándolo en lo más profundo de mi alma, la lengua inglesa y yo, no somos muy amigos, aunque yo lo intento, pero se me atraganta, y por ello creo que no me gusta la palabra Blog.

El otro día me enteré, que los Blogs, hace mucho tiempo que existen. En español, se les llama Cuaderno de Bitácora y es una libreta usada por el capitán de un barco, para relatar el desarrollo del viaje. Lo que no sé, es, si con las nuevas tecnologías, siguen estando en uso.

Bitácora. La palabra es más bonita. Aunque... No me imagino a la gente diciendo: ¡Eh!... No te confundas, yo soy Bitacorera no Bloguera....¡Ayyysss!.... Suena mal. ¿No?

Relatar el desarrollo del viaje... ¿No es esto lo que hace un Bloguero? Nuestros Blogs son como diarios de nuestra vida, donde narramos las cosas que pasan a nuestro alrededor.
Si he de decir la verdad... siempre he pensado que cualquiera puede escribir un Blog hasta que yo misma lo he intentado. Es difícil contar lo que piensas a miles de desconocidos, sabiendo que muchos no estarán de acuerdo con tus palabras. Pero... ¿No es eso lo que hacemos los escritores?

¡Qué difícil es decir a la gente que eres escritor! A mi, me ha costado... A ver... Si cuento desde que tomé las riendas de mi vida... ¡Sí!... Siete años. Eso es lo que me ha costado decir a la gente que soy escritora y que esa es la profesión que he elegido.

Ahora, lo difícil es atreverme a que mi obra vea la luz, pues si bien escribo desde los catorce años, soy demasiado exigente conmigo misma, y hasta ahora no he estado satisfecha con mis novelas, dejándolas todas a medias... Hasta que he logrado acabar una.
Bueno, en verdad no es que la haya acabado. Mi propósito era hacer dos partes. Escribí la primera y empecé la segunda, pero cuando empecé a instruirme en el mundo de las editoriales, y de cómo publicar... Vi en todos los foros, que me había pasado, y que un libro de una escritora que empieza ahora, no puede tener casi setecientas páginas, así que lo partí en dos, y ahora, la segunda parte, se ha convertido en la tercera, con lo cual, voy a tener mi propia trilogía... que dicen que eso vende mucho.

¡Qué bonito ha de ser que alguien decida usar su dinero para leer algo que has escrito!
Pero... Dejad que haga las cosas a mi modo... Soy lenta pero segura...
¡Mira! Aunque no me guste mucho el inglés, hay un par de palabras que me encantan: Slow life.
Creo que el mundo sería mucho mejor si de vez en cuando, pudiéramos pararnos a pensar qué estamos haciendo, o qué vamos a decir. Intento que mi nueva vida sea así. Tomándome mi tiempo para hacer las cosas bien. Así que ya os hablaré de mi novela más adelante, si se me consiente.

Bueno... recopilando... No me gustan los Blogs. ¿De verdad no me gustan? Y entonces... ¿Por qué llevo media hora escribiendo uno?
He de desarrollar ese pensamiento, ya que creo, que empieza a gustarme escribir mi propia bitácora. Relatar el desarrollo de un viaje.
Puede que sea interesante relatar el camino de mi novela hasta que salga a la luz. Dicen que es una odisea, pero si no lo fuera, perdería todo interés. Además, como navegante novato, intentaré no alejarme de la costa.

Muchos besitos a tod@s los que leáis esta mi bitácora y slow life, o lo que es lo mismo, tomaros las cosas con calma.